La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto de la refinería Dos Bocas tiene información insuficiente para su evaluación, por lo que no puede ser aprobada.
Faltan datos sobre las obras adicionales a la refinería, con lo cual la evaluación está fragmentada; el sitio no es adecuado para el proyecto por los suelos arcillosos y contradice los compromisos nacionales e internacionales suscritos por México en materia de combate al cambio climático, señalan el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Greenpeace en los análisis que por separado presentaron en la consulta pública.
El proyecto
No contempla el alto costo económico que representa la construcción comparado con el tiempo de operación que no podrá ser de largo plazo porque el marco jurídico establece la transición energética, mandata la diversificación de generación de energía y define metas para el uso de fuentes renovables, indica Greenpeace en su análisis.
El documento señala que habrá despalme de 5.6 millones de metros cúbicos de suelo, así como la compactación y relleno de 12 millones de metros cúbicos, lo cual implica que habrá impactos ambientales con la fragmentación de hábitats, cambio en los escurrimientos naturales y afectación al humedal; las obras son aledañas a zonas de manglar, vegetación protegida por la legislación ambiental.
El Cemda indica que se incurrió en violaciones al derecho a la información y participación ciudadana, ya que el documento fue bajado en dos ocasiones del sitio oficial, además de que se presentaron versiones distintas, y en la última no es posible acceder a información, como el Estudio de Riesgo Ambiental.
La MIA fue presentada por Pemex Transformación Industrial
En su análisis, el Cemda señala que el municipio Paraíso, donde está prevista la construcción, presenta un riesgo mayor por los ecosistemas en la región, donde hay especies protegidas o en peligro, además de pantanos, esteros y mangles. Se trata de una zona que está en riesgo ante el potencial incremento del nivel del mar ocasionado por el cambio climático.
Además, indica, el promovente pretende que el proyecto sea evaluado de forma fragmentada, faltan las obras complementarias y esto impide a las autoridades ambientales contar con información completa sobre la refinería y, en consecuencia, conocer los impactos acumulativos y sinérgicos.
Esas obras adicionales podrían tener impactos ambientales como daños a los hábitats, pérdida de filtración, así como afectación al humedal y la vegetación de manglar presente en el área, entre otros. En el caso concreto de Dos Bocas se omitió describir todos los proyectos accesorios, asociados y complementarios que formarán parte del mismo.
Las organizaciones indicaron que se omitió informar sobre la superficie total de vegetación forestal que ya se taló, la cual rebasa las 212 hectáreas. Lo cual es medular, ya que la remoción de la cobertura forestal, además de haber sido objeto de diversas denuncias y procedimientos administrativos, se realizó en terrenos propiedad de Pemex, situación que pone a la empresa productiva del Estado como responsable solidaria de ese acto ilegal.